Mi familia nunca fue adinerada, todo se fue construyendo poco a poco y con el trabajo arduo, constante y sin tregua de nuestros padres. Pero a pesar de que no teníamos mucho, siempre recuerdo con inmenso cariño y admiración toda la bondad y generosidad de ambos, especialmente de mi Mamita, tratando de ayudar a todos los que podía de diferentes maneras. Una de ellas, que me marcó y enseñó mucho fue cuando de niña veía a mis papás por iniciativa de mi Mamita, viajar por varios años a su pueblo natal a visitar a unos niños huérfanos para llevarles regalos de navidad. Mi mamita me explicaba que ellos no tenían a nadie y aunque mostros mismos no tuviéramos mucho lo importante que era compartir y ayudar.

¡¡¡Gracias infinitas Mamita por ese corazón hermoso que nos enseñó tanto!!!

Tu hija Gladys